No hace unos años, e incluso hoy, en Costa de Marfil, un país que solo el nombre evoca a esos tiempos donde África estaba repleta de elefantes, leones y todo un continente por descubrir, aún se recurre a hechiceros para tener un diagnostico de salud o curar enfermedades.
Llegué justo entre uno de esos escasos momentos de paz en este país, entre guerra y guerra pudimos entrar y descubrir selvas, sabanas, minas de oro, una naturaleza salvaje y ciudades que se merecen un reportaje solo para ellas.
Pero en esta ocasión os presentamos la Piedra Sagrada, un lugar donde la gente lleva animales para ser sacrificados y ver en sus entrañas o en los movimientos antes de su muerte el futuro, la salud de las personas y otras muchas cosas más.
Plumas, patas de animales, sangre y un médium, sacerdote o hechicero junto a una mujer en trance es lo que me encontré en ese lejano lugar perdido en la sabana boscosa, a más de 45ºC y donde en ocasiones temía que no saldría de allí con vida, pues me amenazaban a cada kilómetro que recorría con la frase: "Aquí a los blanquitos como tú nos los comemos", esto junto a levantar machetes, tirarme piedras y posturas y gestos amenazantes y de odio hacia los blancos.
Tuvimos la ocasión de ver uno de estos rituales, donde a una gallina se le cortó la cabeza, el animal salió corriendo hasta que cayó muerta. La "sacerdotisa o hechicera", siguió el rastro de sangre, analizando el rastro, las vísceras y la sangre que dejó impregnada en la roca.
La mujer que llevó la gallina pagó los servicios tras el diagnóstico, y los hechiceros se quedaron con la gallina.
Costa de Marfil es un país precioso, lleno de grandes recursos naturales, preciosas playas, selvas impenetrables llenas de misterio, pero un lugar peligroso debido a las constantes guerras.
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